Si eres una persona que ama descubrir los misterios de México, sientes pasión por la historia y te encanta adéntrate en templos, museos, vestigios arqueológicos y más, tal vez tengas vocación por convertirte en guía de turistas. Esta profesión implica más que un compendio de conocimientos sobre el pasado; es también una auténtica aventura por aprender y dar a conocer algo nuevo. Tuvimos la oportunidad y el placer de conocer a María Isabel Correa Rojas, experta en este ramo, con quien platicamos sobre su vocación de servicio y sus anécdotas. Desde su perspectiva, hay tantas cosas que podemos aprender de nuestro pasado para comprender la riqueza que tenemos de habitar este país. En todo momento, ella no ha podido ocultar su alegría y entusiasmo por compartir sus experiencias.
El despertar de una vocación…
-¿Cómo se despertó tu vocación por esta profesión?
–Bueno, primero que nada, a mí desde joven se me daba mucho la historia: me sentía atraída por la historia de la ciudad, del país. Conforme pasa el tiempo, me doy cuenta que no cambia eso, que aunque desde los diez años tengo este gusto, año con año me gusta cada vez más. Me dije: “Yo quiero que la gente conozca cada vez más de su patrimonio”, y pues fue así como surgió mi vocación, surge esa intención por prepararse un poco más para que la gente sepa que tenemos un pasado muy bello, que conozca la historia de nuestro país.
-¿No tenías inquietud por otra profesión?
-Sí. No íbamos tan lejos. Tenía la inquietud de estudiar Arqueología. Tenía más desarrollado el gusto por las zonas arqueológicas, por todo lo prehispánico. Sí me empecé a preparar; y ya cuando salí de la secundaria quise entrar a la ENAH. No se pudieron dar las circunstancias y me sugirieron la otra carrera, y estaba dentro de lo que yo quería. Fue así como cambié mi parecer, pero yo estoy muy contenta siendo guía turística.
-¿Dónde se cursa esta profesión?
–Para prepararte como guía, hay distintos diplomados que se imparten en varias instituciones: una de ellas es el Instituto Politécnico Nacional, de donde soy egresada de la Escuela Superior de Turismo. Otra sería la Escuela Nacional de Antropología e Historia, ahí hay otro diplomado. También se llaga a impartir en el Sindicato de Guías de Turista que está en la colonia Tabacalera. Son las escuelas principales que te preparan. Hay distintas modalidades, obviamente. Por ejemplo: la ENAH y el Politécnico te preparan como guía de turistas general, ¿qué quiere decir? Que estás capacitado para guiar no sólo en la ciudad de México o en un solo museo, sino que puedes trabajar en el área metropolitana y otros estados, y puedes ampliar más tus conocimientos porque es una licencia federal para que trabajes en toda la república mexicana, si así tú lo quieres.
-¿Qué materias en el plan de estudios son las que más te llamaron la atención, y por qué?
-Bueno, se llevan distintos módulos; el primero me gustó mucho porque se nos explica qué es precisamente un guía de turistas; te explican en qué consiste tu función, que no es sólo dar información sino estar preparado para afrontar cualquier tipo de personas que lleguen, porque no todas las personas son amables, o te entienden o te harán caso. Te tienes que preparar psicológicamente para todo eso. También te explican la legislación turística, pues nosotros como guías tal vez no estamos en una empresa siempre… también trabajamos por nuestra cuenta, y pues es importante que conozcas qué leyes te están abalando y protegen, cuáles son tus derechos y obligaciones. Y ya después sería el patrimonio cultural, como Historia de México, Introducción al Arte, Arte Colonial, Arqueología, Etnografía, Geografía Turística de México; todas esas asignaturas que te preparan en ciertos términos para que continúes tu preparación. Con esas bases puedas ser el guía de turistas que quieres.
-Entre los turistas nacionales y extranjeros, ¿quiénes son más interesados en conocer México?
-Yo creo que ambos. El turismo extranjero viene a conocer un nuevo lugar, tradiciones y costumbres. Entre ellos, el turismo a quien más le atrae nuestro país es el europeo. Tienen un cierto interés por conocer nuestro pasado; ellos ya vienen preparados y vienen a que tú les desmientas o les cuentes un poco más de lo que aprendieron. Últimamente, el turismo nacional se ha concientizado: ya tiene un poco más de interés por su historia, su pasado, y empieza a querer conocer la historia de los edificios, las calles; se interesan más en tomar recorridos culturales que les muestre el patrimonio de la ciudad.
De las dificultades en la profesión…
-¿Cuál es la parte más difícil de tu profesión?
–Yo creo que la coordinación de los grupos, pues llegan distintas personas: grupos que viene relajados, otros que vienen con la mentalidad de conocer todo tranquilamente; pero también hay grupos que vienen cada quien en su rollo: “¿Ella qué me puede enseñar?” Lo difícil es identificar rápido al tipo de turista que traes; ver cómo puedes hacer que lo poquito o mucho que les vayas a decir se les quede; porque es tu satisfacción al final del día.
-¿Cómo ha sido esa experiencia que comentabas hace un instante, de las personas que intentan subestimarte por verte joven?
-Es un poco graciosa, pues mi turismo favorito es el cultural, que se enfoca más a fondo en la historia y fechas, es más específico. El mercado que tiene ese turismo son precisamente los jubilados, la gente mayor. Cuando llego ante ellos y me presento: “Buenos días, soy su guía…”, entonces señalan: “¿Tú eres? Estás muy joven para saber tanto…” Una anécdota muy curiosa al respecto fue cuando estuvo la exposición de ‘Códices de México’ en el Museo de Antropología e Historia, entonces yo fui quien dio esa visita a personas de la tercera edad. Me presento y casi casi me dijeron: “¿Tú qué nos vas a venir a enseñar de códices?” No era la primera vez que me lo decían, me pasa mucho con ese tipo de turismo porque me ven muy joven y piensan que todo en mi vida es relajo. Siempre hay un lema del guía: “Si en los primeros tres a cinco minutos no captas la atención de tu grupo, estás perdido.” Porque todo el demás tiempo que tengas ya no te pondrán atención. Entonces, cuando yo empecé ese día mi recorrido se quedaron asombrados de lo que yo les estaba platicando, de cómo les narraba los nombres de los personajes; al final del día fue muy gratificante que dijeran: “Felicidades, vas por excelente camino; contamos contigo para otros recorridos.”
-¿Cuántos tipos de turismo existen?
-Básicamente, los dividimos en Turismo Nacional y Turismo Extranjero. De ahí se divide en modalidades. Hay diferentes facetas. El Turismo Receptivo que es como popularmente lo llamamos, es todo ese turismo que viene del extranjero, vienen a que les expliques qué fue lo que pasó. La gente de nuestro país viene ya más familiarizado porque ya tiene conocimiento de quién fue fulano o perengano. En el Turismo Nacional también puede haber Turismo Recreativo, cuando son con los chicos, porque tampoco los puedes llevar a un museo horas y horas, no pondrían mucha atención, los aburres. Está también el Turismo Cultural que se enfoca en gente que tiene más interés en nuestra historia.
Preparación constante, recorridos y lecturas favoritas…
-¿Cuáles son las experiencias y lugares que más te han marcado en el Turismo Cultural?
-Pues en la ciudad de México, que se da también el Turismo Religioso, me encanta la Catedral. Por ejemplo, los sacerdotes tienen noción de la historia de la iglesia. Ha sido gratificante para mí que han venido sacerdotes desde España, Sudamérica, Italia y que te digan: “¡Se ve que te has preparado!” Me ha fascinado ir con otros grupos a conocer Real del Monte en el estado de Hidalgo; conocer la historia de la minas, sus antecedentes. También visitar el estado de Querétaro, el estado de México, Puebla… los Pueblos Mágicos, en fin; es gratificante, al mismo tiempo que haces amigos. Me parece que son de las más grandes satisfacciones que da esta carrera.
-¿Qué lecturas son las recomendables en tu formación?
-Normalmente, los libros de crónicas son de ley. Los que te narran sucesos, leyendas, como el de Luis González Obregón: ‘Las Calles de México’. También el de ‘Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España’, de Bernal Díaz del Castillo, es muy importante porque cuando das un tour en el Centro Histórico y te toca hablar de la caída de Tenochtitlan debes explicar cómo ambos protagonistas vieron este hecho histórico, los españoles, los indígenas. Por ejemplo, también en la Catedral tienen un buen libro que los maestros de ahí escribieron de cada retablo, de cada capilla; esos son libros base. También consulto algunos artículos y procuro ir a visitar los lugares en donde conoces a gente que siempre está ahí: ellos te cuentan historias y te recomiendan alguna bibliografía para obtener más datos.
-¿Qué santuarios o sitios son los recomendables para que la gente que se inicia en el Turismo Religioso, visite?
-La Catedral de la ciudad de México es la que recomiendo para dar inicio, pues ahí se albergan santos de origen nacional y extranjero. Hay mucha simbología por todas partes: la fachada, relieves, altares; yo creo que ahí es algo muy elemental para este tipo de turismo. Para conocer más del país, la ruta de conventos es excelente; irte a la plaza de Santo Domingo es magnífico porque hablas de una faceta histórica tanto de nosotros como de una orden religiosa mendicante, etc. Otra ruta que he manejado con este propósito es la calle de Belisario Domínguez, empezando por Santo Domingo, San Lorenzo y finalmente La Concepción; tres órdenes distintas, y te puedes ir a infinidad de templos.
‘El Foco’ en Canal 40, un gran programa de televisión…
-Sé que entre tus programas favoritos de televisión cultural se encuentra ‘El foco’. Danos tus razones…
-Precisamente, por lo que es mi profesión. Me acuerdo que una vez llegué temprano de trabajar. Prendí la tele y observé que estaban hablando de la ‘Decena Trágica’; en aquel entonces no me atraía la etapa porfiriana ni maderista pero llamó mi atención. Pues, ¿qué programa va a las calles y explica edificio por edificio qué llegó a suceder ahí, no? Desde ahí dije: “¡Es un buen programa!”, y lo comencé a seguir domingo tras domingo. Fue en febrero 2013 que lo comencé a ver; me volví fan, pues dan información y datos muy interesantes de nuestra ciudad, de nuestra historia. A tal grado me gusta, que llevo un cuaderno del programa donde hago notas. Sé que con ellas y mi investigación armo un buen tour. Es por eso que programa como éste valen mucho la pena y es uno de mis grandes favoritos.
-Y lo es a tal grado que llegaste a intervenir en él, cuéntanos esa experiencia…
-Es una historia muy padre. Yo, seguidora de Héctor de Mauleón por ‘El Foco’, empecé a verlo. Me lo encontraba en ferias del libro o en una pequeña conferencia que dio el 15 de octubre, ahí en Casa Lamm, de lo que era el paso de la historia por nuestra ciudad, sobre el paso de los años. Precisamente, yo ya le había comentado a Héctor en una ‘Focoreunión’ lo que era mi actividad, y de cómo yo quería apoyarlos en una pequeña página que yo tengo para seguidores del programa: con ciertos artículos históricos, datos curiosos, imágenes, etc. Héctor me empezó a ubicar y yo lo empezaba a invitar a mis recorridos. Ese día, me acuerdo muy bien que él me dijo que iban a grabar en el Panteón de San Fernando, a lo que respondí que me parecía muy padre, y más porque sería de noche. Entonces, agregó: “Sí, pero nos gustaría que tú participes con nosotros: te caracterizas de ‘Catrina’ y bueno, ahí andaríamos platicando; ¿cómo ves?” Me pareció fascinante y emocionante, pues estar al lado de un hombre como lo es Héctor de Mauleón es un privilegio para mí. Fue así como grabamos para el programa de ‘Día de Muertos’; fue grato compartir lo que me gusta, mi pasión por la ciudad, junto con él que también es un gran amante de la ciudad, y sobre todo hacer mancuerna: dar datos históricos, complementar información y pues dar un gran recorrido, pues hubo una gran respuesta ese día. Fue así como tuve esa participación con ellos.
-¿Qué otros programas de televisión son de tu interés?
-Me gusta mucho, por canal 40, ‘El Refugio de los Conspiradores’, por el gran debate que ellos arman y la lluvia de ideas que te dan datos que te dejan sorprendido. Está desde luego, ‘Leyenda Urbana’. Hay uno del canal 22 que se llama ‘Pueblos Mágicos’, que ya son más de ochenta y seis de ellos que tenemos. Serían los programas a los que más estoy pendiente.
-De vuelta a tu preparación, ¿qué nos puedes decir sobre los idiomas que más se exigen en esta carrera?
-De cajón es el inglés, aunque te piden mucho el francés y, últimamente, se ha optado porque también te prepares con el mandarín, pues la nueva potencia del turismo es el oriental. Te piden que te prepares mucho, pues ellos ya traen a sus propios guías, y si queremos ampliar el mercado sí debemos prepararnos en ese idioma; se dice que te tardas entre ocho y nueve años en aprenderlo bien.
-¿Qué países te gustaría visitar en tu profesión? ¿Tienes algún sueño al respecto?
-Sí; tengo dos países que son mi sueño dorado. Primero, terminar de conocer el nuestro que es muy diverso y hermoso. Me gustaría conocer después Egipto, pues se me hace un lugar interesante con mucha historia; me atrae mucho todo su imperio. También me gustaría conocer un poco acerca del Reino Unido, principalmente la ciudad de Londres: me apasiona su arquitectura y su tipo de gobierno.
México, un país de grandes leyendas y mitos…
-¿Qué leyendas de nuestro país te han llamado fuertemente la atención?
Son muchísimas. Me gusta mucho la que complementa precisamente la del mito de la fundación de Tenochtitlan, que es el nacimiento de Cópil, como la conocemos popularmente; fue precisamente la leyenda de la fundación del pueblo de Malinalco, que es uno de mis pueblos consentidos debido a que de ahí hice mi tesis para poderme titular como Guía de Turistas. Me gustan mucho lo que son las leyendas virreinales de la ciudad de México, porque te dan noción acerca de las casas señoriales, de lo que fue un período histórico que ya se fue y te deja testimonio de una vida pasada. Por supuesto, también me gusta la leyenda de ‘La Llorona’, que es muy popular; desde la época prehispánica se dice que fue uno de los presagios que Moctezuma vio, pero la relacionaban con la madre Cihuacóatl; desde ahí viene todo.
-Ya que hablamos de leyendas, ¿alguna vez has vivido en tu profesión algo sobrenatural, algo curioso?
-Sí; me pasó algo curioso. Fue precisamente en el Palacio de la Inquisición; yo llevaba a un grupo en el área de la boutique, están ahí el área de sanitarios y la sala de los cuadros de los inquisidores. Ahí estaba precisamente dando la explicación, no hacía viento, de hecho era un día caluroso por la tarde; estaba esperando a mi grupo, y sin razón, los cuadros comenzaron a moverse sin explicación. Nos empezaron a dar escalofríos; de ahí nos quisimos ir, dijimos: “¿Serán almas enjuiciadas por la Inquisición que andan penando?” De por sí es un lugar en el que sientes esa vibra pesada y sí te quedas impactado.
-Se dice que en los hoteles espantan; ¿nunca te ha paso algo así?
–Hasta el momento, gracias a Dios, nunca. Ahora que tocas el tema, el día que grabé con los compañeros de ‘El Foco’, en el Panteón de San Fernando, Héctor de Mauleón quiso irle a tomar la foto de noche al mausoleo donde estuvieron los restos de Miguel Miramón: pues claramente en su fotografía salió un rostro barbado. Le dije a Héctor: “¡Es Miramón!” Se dibujó la imagen en lo que es el mausoleo: un hombre de cabello negro con una barba como lo ves en su biografía. Y Miramón ya no está ahí, está en Puebla, pero te quedas sorprendido.
-¿Cuáles son las temporadas fuertes para el turismo en nuestro país?
Bueno, las temporadas más fuertes son las Vacaciones de Semana Santa, en donde el fuerte es nuestro turismo religioso. Somos uno de los países que representa ‘La Pasión de Cristo’ y que es un pueblo tan religioso, que esos días los guarda: se va a las festividades, a ‘La Visita de las Siete Casas’, ‘La Procesión del Silencio’, ‘La Quema del Judas en Xochimilco’.
La otra temporada fuerte son las vacaciones de Navidad, las de Fin de Año; ahí viene también el turismo extranjero, pues es cuando coinciden más sus períodos vacacionales; vienen a conocer el país. Cerca de lo que es el Distrito Federal, les gusta mucho visitar la Villa Iluminada de Atlixco, ahí en Puebla. Los nacionales aprovechamos para ir a otros lugares como Chignahuapan, pueblo mágico en el mismo estado, en donde se fabrica la esfera y aprovechamos para pasear, hacer compras; se encuentra ahí además la estatua de catorce metros de altura de ‘La Inmaculada Concepción de María’, que es imponente.
Para ser un buen guía de turistas…
-¿Cuáles son las características de un buen guía de turistas?
–En mi caso, hay varias. Para empezar, debes tener la vocación; muchos se hacen guías sólo para trabajar. Los turistas esperan que los recibas con una gran sonrisa y con toda la disponibilidad para que no sea una experiencia tediosa; debes lograr que el turismo se sienta cómodo en tu país. Debes tener una buena preparación, pues hay compañeros que se ponen a inventar historias y fechas nada más para sacar el trabajo. Debido a esas personas que no se preparan, a varios nos tachan como inexpertos, como incompetentes que nada más vienen a echar mentiras. Debes estar atento al identificar a tus grupos, pues no estás exento de que te pasen todo tipo de cosas. Te puede tocar un grupo muy ‘nice’ y sale bien tu día; por igual hay grupos que vienen en un plan muy pesado, que ya se te emborracharon, que ya se te pusieron mal, y debes saber qué hacer. No nada más es que esperes que te paguen al final de tu trabajo. Para mí, ser guía significa recibir a la personas con calidez y mostrarles lo que es nuestro patrimonio histórico y cultural: que sepan en dónde están parados. Debes vivir tu profesión y transmitirles a las personas lo que te hace sentir la historia; hay guías que no tienen esa madera.
-Para las personas que desean dedicarse a esta profesión, ¿qué les puedes decir en el aspecto económico?
–Bueno, por principio, todo es preparación. Cuando uno entra en el medio no puedes esperar que todo llegue rápido. Yo creo que en todas las profesiones hay que empezar desde abajo. Al inicio, tal vez, no te irá muy bien porque hay gente que al verte joven no te dará credibilidad, pues no te conocen… como me llegó a pasar. No debes perder la esperanza: mucha gente se rinde antes. Compañeros de mi generación sacaron su licencia y al mes se dedicaron a otra cosa porque vieron que no les estaba dejando nada. Yo creo que es todo paciencia y perseverar. Te debes esforzar, no rendirte, dejar que la gente te empiece a conocer; debes relacionarte con personas que están en tu medio, no precisamente guías sino arqueólogos, historiadores, etc. Es necesario que te empiecen a ver, que vean que te gusta lo que haces. Al final, si no te rindes, la recompensa es muy buena.
-¿Hay más guías hombres o mujeres?
–Yo creo que ambas partes: es mixto. Claro, tenemos esa ambigua idea de que los guías son viejitos y son hombres, como era antes, pero no. Las mujeres nos hemos preparado: somos guías jóvenes la mayoría. Lo que sí me he percatado es que las mujeres se enfocan más en el Turismo Escolar y Cultural, son las que más están en eso. Los hombres se enfocan más en el Turismo Receptivo, pero más lo tradicional.
-Por último, danos tus datos para que la gente interesada en contactar un guía se ponga en contacto contigo:
-Me pueden contactar vía Facebook como: María Isabel Correa Rojas. Normalmente, si tengo algún recorrido en puerta ahí lo promuevo; también me pueden localizar en mi número celular, que es: 55-42-36-42-15. Los espero; son recorridos muy enriquecedores. No me queda más que agradecer por estar en este lugar. Me encanta mi profesión y estoy feliz de compartirla con otras personas que también están interesadas en nuestra historia.