Muchos lo hacen por ansiedad, otros como forma de relajarse o simplemente liberar la tensión que cada uno en un momento determinado puede sentir, pero tronarse lo dedos a largo tiempo puede traer consecuencias.
Ese pequeño ruidito que se oye al realizar esta acción se debe a la burbujas, ya que las articulaciones están rodeadas de un liquido llamado liquido sinovial, cuando se estira o se dobla un dedo hasta tronar un nudillo las articulaciones se separan, esto lleva a que la capsula con tejido que conecta la articulación se estira y al estirarse aumenta su volumen y disminuye la presión, al disminuir la presión los gases que contiene este liquido se hacen menos solubles formando burbujas y cuando la articulación se estira lo suficiente estas burbujas truenan y es por ellos que oímos ese pequeño ruido al tronarnos un dedo.
Estos gases para volver a disolverse en el líquido y volver a formar esas burbujas tardan media hora, es por ello que se recomienda no volver a tronar tus dedos después de haberlo hecho una primera vez.
Tronarse los dedos frecuentemente puede tener como consecuencia que tus huesos sufran una lesión en los tejidos blandos, e incluso llegar a padecer osteoartritis.
Estudios revelan que lo que realizan este acto de tronarse los dedos son personas con poca actividad física, ya que es el único momento en el cual estiran sus articulaciones, ya que la falta de movimiento genera un estado de presión o cansancio, es por ellos que realizan esta actividad como un síntoma de relajación y se vuelve un circulo vicioso.
Lo que si se recomienda es no realizar esta actividad de una manera frecuente, ya que durante el transcurso del tiempo se podrá ir generando un desgaste articular, caracterizado por dolores excesivos, rigidez y deformaciones en los huesos.
Lo más recomendable es hacer actividad física, ya que de alguna manera al realizar algún tipo de ejercicio de acuerdo a tu edad y condición física, se generan buenas condiciones en tus articulaciones pues generan flexibilidad y fuerza muscular.
Es importante considerar que después de los 30 años se comienza a perder la elasticidad en los tejidos, así que una tronada de vez en cuando no hace mal a nadie solo recuerda que todo en exceso es malo.