PREÁMBULO: Un año termina y otro comienza. 2015 fue el año en que pudimos establecer contacto con ustedes a través de mis pinceladas, de estas ráfagas de vida de personas cotidianas que les comparto todos los viernes en esta revista digital, labombilla.com.mx; pero no quiero dejar pasar este espacio y momento para anotar una reflexión sobre nuestro México, sobre Mi México, tan lastimado socialmente.
En estos tiempos en que todos opinamos, muchas veces sin razón y mucho menos sin fundamento, colaborando irracionalmente para fomentar la confusión y la división. Ya lo decía el clásico italiano, “divide y vencerás”, y es una verdad irrefutable en nuestros tiempos. Muchas veces lobos con pieles de redentores sociales sólo buscan sacar tajada de la desinformación y de la necesidad que todos tenemos de ser reconocidos, de ser escuchados.
Posiblemente, una de las alternativas de solución sea que cada uno cumpla sus responsabilidades, sus obligaciones, y después demande sus supuestos derechos, no en el sentido contrario. Además, es prioritario estar informado, no manipulado por la vorágine de “desinformación” que pulula en los medios de “comunicación” (¿?) y tener memoria histórica, algo que muchos ni siquiera saben que existe.
A lo largo de mi ya prolongada existencia he visto la transformación social, no para mejorar. Es necesario, reitero, que cada uno cumplamos el papel social que nos corresponde y sólo así podremos esperar un próspero 2016. Del cielo no nos va a caer nada, sólo la bendita lluvia que nos refresca y garantiza la vida. Trabajemos unidos para que la prosperidad de esta pobre Patria nuestra sea una realidad. ¡Felicidades!
**************************************************************************************
El teléfono repiqueteaba sin cesar.
-¡Contesten! ¿Qué no oyen el teléfono? –gritó el muchacho, quien estaba recostado en su cama, viendo la televisión.
A los pocos segundos, tocaron la puerta de la recámara.
-¡Fabián, te hablan por teléfono! –dijo su hermano.
-¿Quién es? –dijo el muchacho, al abrir la puerta.
-No sé… no pregunté –fue la respuesta recibida.
-¡Cómo siempre! Ya les he dicho que cuando sea para mí, pregunten quién es… ¿Les cuesta mucho trabajo? –concluyó, tomando el teléfono inalámbrico.
-Sí ¿bueno? –preguntó escuetamente- ¡Ahhh, hola! ¿Cómo estás, Eli?
-Bien, disculpa que te moleste a estas horas, pero no vi el reloj hasta que ya había marcado –respondió su amiga Elizabeth.
-No te preocupes ¿qué pasa?
-Me da mucha pena, pero ya sabes que sólo confío en ti… Como sabes estoy haciendo el trámite de regularización de la propiedad de mi casa y… entonces me dijeron que… … …
La oreja casi le dolía a Fabián, tras casi una hora de oír a la mujer y responderle poco, ya que regularmente cuando Elizabeth lo consultaba era sólo para que le confirmara lo que ella quería escuchar.
-Es correcto lo que estás haciendo –concluyó el muchacho, cansado.
-Bueno, disculpa por distraerte de tus ocupaciones ¡qué pases buena noche!… ¡Oye! a propósito ¿ya te enteraste que andan diciendo que Andrés es “amiguiiiito” de Eloísa, a pesar de estar casado?… Te lo digo porque como es tu mejor amigo, a lo mejor quieres comentárselo para que sea más discreto, no sea que el chisme llegue a oídos de su esposa, y entonces…
-No te preocupes, Andrés ya está bastante grandecito para saber lo que hace. ¡Qué pases buena noche, Elizabeth! –y el muchacho, muy molesto, pulsó la tecla para terminar la larga perorata.
-Esta vieja siempre de chismosa; lo más seguro es que la llamada sólo era para molestar, pues lo de su casa ya me lo había preguntado.
En el núcleo de amigos y familiares se comentaba, aunque nunca se había tenido ninguna evidencia, que Fabián y Andrés eran más que “amigos”, ya que casi siempre estaban juntos; pero eso parecía no importarles a los jóvenes.
Tratando de olvidar el incidente, Fabián volvió a recostarse para seguir viendo su programa de videos favoritos; en ese momento Harry Nilsson interpretaba “Everybody’s Talkin’ ”.
Everybody’s talking at me
I don’t hear a word they’re sayin’
Only the echoes of my mind…