Nel, así no fue; todo lo que dicen esas viejas argüenderas es puro choro, yo sí sé lo que pasó porque estaba ahí:
A la salida de las clases, estaba yo y mi banda en la esquina de la escuela, y en esa banca… esa que está debajo del árbol ¿la ve?… Sí, en ésa, estaba sentado mi valedor, el Christian, con la Yesenia. El Christian es el valedor que más la rifa en el grupo, ya casi todas las morras han pasado por sus armas y él que no se hace del rogar, porque la verdad, es el más carita de la banda.
La Yesenia estaba sentada entre las piernas de mi cuate, sintiendo su camarón, se le notaba que la gozaba; de seguro porque andaba de pronta, pues hasta donde estábamos escuché que le pedía que le hiciera un hijo, pero nel, nosotros sabemos que tener un morrito a nuestra edad, nos fregaría la vida. “Sin gorrito no hay fiesta”, ¿o no?
Lo que sí es que de verlos cómo se tocaban y besaban hasta se me antojaba; lo bueno es que las viejas de ahora son bien aventadas, porque también les gusta, aunque unas digan que no… y nosotros a gozarlas.
¿Qué le estaba diciendo?… Ahhh sí, es que de recordar hasta me emociono y me pongo erizo.
Cuando estábamos en lo mejor del coto, que llega la Teresa, bien encabronada y diciendo puras groserías, que no repito porque usté me merece respeto. La Teresa era la novia anterior del Christian, pero la Yesenia se lo bajó, y es que la verdad la Yesi está más ricolina. Y que se le deja ir, arañándola y jalándole las greñas y que empieza el desmadre.
Con el argüende, que se junta toda la banda para ver y animar a las viejas: “¡No te dejes, rómpele su m… porque te bajó al Christian!” “¡Dale, dale Yesi a esa p… zorra!” “¡Queremos sangre!” “Jajaja” y quién sabe cuántas cosas más les gritábamos, y ellas cada vez se calentaban más y se daban con todo ¡hasta los calzones les vimos!
De pronto alguien gritó “¡Ya salieron los mairos de la escuela!” y todos se pelaron. Yo me escondí detrás del árbol y desde ahí pude ver que sólo quedaba tirada en el piso la Yesenia… no se movía y su blusa estaba manchada de la sangre que le salía de la panza. De seguro la Teresa le sacó el filetero y la picó, porque esa vieja siempre anda armada.
De verdad, eso fue lo que pasó, le digo la neta porque de otra manera ¿yo que ganaría?… ¿De qué periódico me dijo que era?… para que me dé mi crédito ¿o no?
(FINAL EXTENDIDO: Oiga ¿le puedo proponer un título para su artículo?: “Dos morras se la rifan por un valedor. A una de ellas se la cargó el payaso.” Jejeje…)
(Hasta el próximo viernes.)