En las fiestas o en las calles de tu colonia, en los bailes callejeros o en las “fiestas patronales”, has escuchado hablar de los “Sonideros” pero, ¿sabes realmente quiénes son?, ¿de donde surgieron o cómo fue que empezó todo este movimiento que se ha vuelto típico en los barrios del DF y sus alrededores?

Sonidero es un término utilizado en México para designar al animador, propietario de equipos de audio y programador de temas musicales de extracto popular que realizan eventos bailables tanto en exteriores como en interiores de inmuebles, en otras palabras, es una variante de un DJ que se caracterizan por estar mandando saludos durante todo el evento, y que tal parece ya es como una tradición, “si no manda saludos no es sonidero”. Se especializan en la música tropical, salsa y otros ritmos latinos, su principal escenario es la calle, aunque el término Sonidero es un término genérico, no existe como tal un autoría de quien definió el término que se considera de dominio popular para definir a ésta persona y de éste modo el término fue adoptado masivamente alrededor de los años setenta, pero que originalmente se les llamaba tocadiscos.

Los orígenes se remontan a décadas atrás, en diversos y populosos barrios del Distrito Federal, donde era muy gustada la música de todos los géneros nacionales y mundiales, pero particularmente, había una inclinación hacia la llamada “música tropical” que se había enraizado en el país debido a la incursión de la música proveniente de la isla de Cuba desde mediados de los años treinta a través del puerto del estado mexicano de Veracruz y que se consolidaría en los años cuarenta y cincuenta a través del cine mexicano de la época mediante el género cinematográfico llamado “Cine de Rumberas”, y es durante esa década que se consolida el género Rumba junto con otros ritmos musicales cubanos como el Son montuno, Guaguancó, Danzón, Mambo, etcétera, y algunos otros mezclados con los mexicanos, como los “boleros tropicales”. Gran parte de la población de la capital, que en su mayoría era de extracto popular, asimila la música tropical proveniente de Cuba como música para convivencias sociales y bailables en las plazas y “kioscos”, pero en dicha época era musicalizada por orquestas en vivo al no tener equipos fonográficos ni de reproducción de audio de ningún tipo.

Observando esto, es como se comienza poco a poco a gestar la idea de amenizar bailes, fiestas y eventos con aparatos amplificadores y música grabada por diversas personas en la época, por lo cual no existe un dato confiable de quién lo inicia, pero un par de barrios de la Ciudad de México se distinguirían con ésta característica como precursores de éste fenómeno, Tepito y el Peñón de los Baños. El Peñón de los Baños es un barrio populoso de la capital de México y se distingue preponderantemente por la escucha de todo tipo de música tropical, tanto que fue aludido con la frase en voz del fallecido colombiano Lucho Argaín, “en Tepito y en el Peñón de los Baños, con el Cucú de la Sonora Dinamita” en el tema clásico “El cucú”, una Cumbia combinada con Swing en algunas partes, indicando la importancia junto con Tepito de ser la meca de las exposiciones de grabaciones traídas del sur del continente.

Los hermanos Perea, originarios del Barrio Peñón de los Baños, en la periferia del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, formaron un “Disco móvil” ó “sonido” cada uno, “Fascinación” y “Arcoiris”, con los cuales exponían LP´s de diversos ritmos tropicales de grabaciones realizadas en el Caribe y Sudamérica principalmente, y que sería el detonante para la aparición de otros “sonideros” en el mismo lugar. Los sonidos mencionados son los primeros en México en desarrollar esta actividad, tal como lo atestiguan los historiadores de esta colonia. Posteriormente se extiende a otros barrios de la capital. Sobre todo la zona Oriente, Sonido “Tirzo” en Pistas de San Miguel Teotongo y por supuesto Ciudad Netzahualcoyotl, donde los pioneros tuvieron su competencia más fuerte: “Sonido Cache”, “Sonido Guarapera”, “Perla Antillana” y “Estrellas Kalú”. Actualmente entre los más populares se encuentran: Sonido “La Conga”, “La Changa”, Sonido “Pancho” entre otros.

Conforme avanzan los años, se encuentran como espacios de esparcimiento y baile las llamadas “Discotecas” que estaban instaladas en lugares cerrados y exclusivos, donde acudían personas de estrato social medio y alto; los que quedaban fuera de estos espacios tenían como alternativa a los sonideros, que llevaban su música a los barrios populares marginados, con sus “Disco móvil” con música que gustaba más a ése estrato popular, esto también debido en parte a la complejidad económica de mantener un local fijo y cerrado para albergar eventos de éste tipo, así para los “Disco móvil” era mucho más práctico realizar una “tardeada” instalando lo necesario para emular una “Discoteque” y desinstalarla al finalizar que mantenerla fija incrementando costos, lo que le dio la flexibilidad de ser nómadas y no dejar a ningún barrio de la capital sin espacios de esparcimiento para los sectores populares.