Cuando escuche la primera vez el significado de #YOLO me vinieron un sinfín de pensamientos a mi cabeza, pero hay algo que me quedo clarísimo: efectivamente SOLO VIVIMOS UNA VEZ.
Pero la pregunta es: ¿realmente vivimos al máximo? La mayor parte del tiempo estamos ocupados haciendo mil cosas pero a la vez sin hacer nada: estamos sumergidos en un gadget publicando en nuestras redes sociales “ES UN HERMOSO DIA, A VIVIR AL MAXIMO” y no salimos a dar una vuelta, nos vamos quejando que el metro va llenísimo o que ya es tarde para llegar al trabajo o a la escuela pero no vemos que hay un sol maravilloso que ilumina el cielo o ponemos nuestro reproductor de música por inercia, no escuchamos las canciones solo oímos mientras muchas ideas cruzan por nuestra mente.
No voy a echarme un rollo existencial que repita por enésima vez lo que cada uno de nosotros sabemos; lo que me encantaría lograr con esta columna es que nos replanteemos esa opción de vivir como cada uno realmente quiere, que saquemos ese potencial de felicidad y paz, o esa capacidad de asombrarnos de situaciones tan comunes.
¿Quién no se muere de ganas por aventarse de un paracaídas? ¿O de nadar con delfines? ¿De andar en bicicleta sintiendo la brisa en su carilla? ¿De caminar por lugares hermosos y desconocidos? O ya viéndonos más “locos” De enamorarnos y dejarnos ir cuales gordas (os) en tobogán (no es grosería). Porque muchachos queridos, enamorarnos es el riesgo más loco e indescriptible que podamos correr.
Una profesora nos decía que las oportunidades solo se presentan una vez en la vida, y que muchas veces nos paralizamos ante ellas por miedo a lo que pueda pasar. Pienso que cada uno de nosotros sabe muy en el fondo de su ser la capacidad intelectual y de fortaleza que posee, pero la mayor parte del tiempo lo subestima. Citando a Vivian de “Mujer Bonita” diré que: “CUANDO LA GENTE DICE ALGO NEGATIVO DE TI, SIEMPRE SERÁ LO PRIMERO QUE CREAS PORQUE ES LO MÁS FÁCIL DE HACER”.
Sé que hay “N” cantidad de cosas y personas que se han encargado de hablar del amor propio y de la capacidad que tenemos de cambiar nuestro destino, pero esto de nada sirve si no queremos hacerlo. Y vivir la vida es responsabilidad autónoma, es nuestro auto y cada quien sabrá como lo maneja pero siempre con la firme idea de que deberá ser a nuestro gusto y sin afectar a terceros.
Y debo también decir que habrá días donde odiemos a todos y queramos matarlos o simplemente amanecerán con la pila baja y no querrán saber del mundo y sus aventuras…¡¡HEY, ESO ES NORMAL!! Lo que no cuadra en este asunto es que esa sea nuestra mentalidad cotidiana, que nosotros mismos nos pongamos el pie por el simple gusto de hacerlo.
¡¡VIAJEN, NADEN, ARRIÉSGUENSE, AMEN, VIVAN!! Piensen que puede ser lo peor que pueda pasar; los mejores negociadores siempre tienen 2 escenarios, uno de ellos es el peor: donde aparecen hasta las 7 plagas, y el segundo siempre es el mejor, donde nada puede ser más perfecto… Pero la vida no siempre es tan buena o tan mala así que aparece el escenario 3, el resultado final una mezcla de los dos con un toque de sorpresa.
NUNCA PERMITAN QUE TERCEROS MANIPULEN SU VIDA, SUS DECISIONES, QUE SOBAJEN LA CAPACIDAD QUE TIENEN Y SU INTELIGENCIA. Luchen por conseguir todo aquello que quieran, rompan barreras, cáiganse y aprendan a levantarse pero si aún a pesar de que la oportunidad estuvo ahí y ustedes la dejaron ir piensen que puede volver a presentarse, sólo que esta vez costará un poquito más de esfuerzo y de compromiso.
Hagan de #YOLO más que un hashtag o una forma en que la “chaviza” se comunica… Vivan con la firme convicción de que NADA ES PARA SIEMPRE: lo bueno y lo malo simplemente pasa, el amor puede transformarse o simplemente acabarse, que alguien que te dijo “te amo” en un tiempo puede recordarte a tu progenitora, que los amigos pueden permanecer o alejarse por “x” circunstancia. Pero siempre recuerden que A LA UNICA PERSONA QUE JAMAS DE LOS JAMASES DEBEN TRAICIONAR ES A USTEDES MISMOS. Hagan de su vida el cielo o el infierno pero solo sin culpar a los demás (¿tantita consciencia, no?).