Hace unos días sostenía una plática con una vieja amiga de la infancia, las redes sociales se encargaron de volvernos a reunir después 20 años. La charla se enfocó a los acontecimientos más importantes de nuestras vidas y a recordar anécdotas de cuando compartíamos escuela. Cuando le pregunté ¿Cómo es que había dado conmigo?, me dijo: – Te reconocí porque sigues teniendo esa sonrisa de “maldosa” – , me reí, y es que no me quedó de otra, es la verdad, y quizá debo aclarar que “maldosa” pero no en la extensión de la palabra, sino con connotaciones diversas como inquieta, curiosa, hiperactiva, etc.

Luego de la reunión, manejé de trayecto a mi casa y me fui pensando todo lo platicado, recordé varios aspectos de mi infancia en los que descubrí que siempre quise tener mi propio negocio, ser mi propio jefe, y tomar decisiones propias sobre mi forma de trabajar. Recuerdo que de niña jugaba con mi hermana a que teníamos un puesto de plantas, aprovechando la decoración de mi casa.

Con esos recuerdos me percaté de que no hay edad para ser emprendedor. Como en una nota anterior lo comenté, una característica principal de los emprendedores es la creatividad e innovación, y que mejor que la infancia para ello, aunque siempre dependerá de los padres o adultos que rodean a un niño, de que forma impulsen su creatividad.

Derivado de los comentarios anteriores me di a la tarea de investigar sobre niños emprendedores y me sorprendí al leer algunos de sus proyectos, mismos que les dejo a continuación.

  • KidKare Riding Car.- es la idea de Spencer Whale, un niño que a la edad de seis años creó un juguete ideal para niños hospitalizados, es un auto con pedales y acondicionado para transportar también algunos utensilios médicos. Años después de su invención, Spencer decidió vender su licencia a una empresa para que lo pudieran fabricar a gran escala.
  • Bubble Ball.- es un juego creado por Robert Nay de 14 años, que es compatible con iPhone y iPad, actualmente ha rebasado el número de descargas de otros juegos como Angry Birds.
  • Flying fingers.- el proyecto inició con una pequeña, Adora Svitak, que escribió su primer novela a los 10 años y cuando tenía 14 ya daba pláticas de creatividad en institutos y universidades.
  • Greening Forward.- este proyecto nació de la idea de fomentar el reciclaje mediante una página web, creada por Charles Orgbon a los 12 años, hoy es una empresa que no deja de crecer.
  • Millionair Secrets- este sitio creado por Cameron Johnson, que hoy tiene 27 años, pero empezó su carrera en los negocios a los 9, cuando tenía 15 años ya dirigía una empresa.

Estos cinco, sólo entre algunos de los muchos ejemplos que puedo citar para evidenciar que también los niños son capaces de lograr grandes cosas, que con ayuda de la creatividad y la orientación de su familia pueden superar cualquier obstáculo, además de que, evidentemente, ser emprendedor no es cosa de edad.

¡¡Feliz Día del Niño!! A todos los niños, y a los que ya somos mayores, recordemos que la creatividad de un niño debe ser fuente de inspiración, sea cual sea la edad que tengamos.