Al caer la noche, y sobre todo cuando estamos solos en nuestra casa o en alguna habitación de hotel, podemos sentir que alguien nos está vigilando. “Es un alucine tuyo”, podrían decir tus amigos cuando les comentas esto, sin embargo, cabe la posibilidad de que efectivamente algún ser –posiblemente de ultratumba- te aceche, te vigile.
Con la aparición de “investigadores” de lo paranormal que semana a semana presentan sus “evidencias” en programas de televisión a nivel nacional, mucha gente cree que hablar de estos temas es una tontería. Pero no lo es para aquellas personas que efectivamente están viviendo una situación incómoda, molesta, e inclusive peligrosa con algún ente.
Se han dado algunos reportes donde las mujeres sienten que por las noches, cuando ya están por dormir, las tocan, e inclusive algunas sufren ataques sexuales. Sé que suena bastante fuerte, o poco creíble, pero sucede. Claro, nos cuesta creer que esto sea verdad por lo que vemos o escuchamos en televisión.
¿Y qué vemos en la televisión? A presuntos investigadores que visitan casas embrujadas e invocan espíritus para que se manifiesten ante sus cámaras. A señoras que supuestamente logran invocar a los muertos y entablar un diálogo con ellos como si fueran los grandes amigos. Por esto mismo, muchas personas tachan de farsantes a todos aquellos que hablan, investigan, o simplemente tienen un interés especial en los fantasmas.
Las personas que creen en este tipo de programas o investigadores, son ignorantes, en el mejor sentido de la palabra, no en el ofensivo. Yo ignoro muchas cosas, por ejemplo, la física cuántica o álgebra avanzada, por lo tanto, soy un ignorante. Si yo escucho hablar a un físico sobre el tema que él quiera, yo no sabré si me está hablando con la verdad o si sólo me engaña. Por eso es importante leer para saber.
Si las personas leyeran más sobre estos temas, sabrían por ejemplo que los fantasmas no se pueden captar con una sola visita a un lugar que se presume está encantado, que tendrían que pasar varias horas o quizá días para lograr alguna evidencia, si es que lo logran, porque cabe la posibilidad de que no registren nada.
Con relación a las fotografías de presuntos fantasmas, es importante mencionar que las pocas imágenes que podrían considerarse reales fueron tomadas de forma casual; es decir, no al momento de estar buscando fantasmas; con la excepción de la foto del niño fantasma tomada en 1976, dentro de la casa de Amytiville, donde Gene Campbell por orden de los investigadores Warren, fotografió el lugar y captó a este enigmático ser. Resulta impactante saber que al momento de realizar la foto no había ningún niño en este lugar; además, este niño guarda mucha semejanza con el infante que ahí fue asesinado por su propio hermano Ronald Defeo Jr.
Algunas personas no creen en fantasmas, o no les gusta hablar de estos temas por las historias tétricas que hay detrás de cada caso, como el anterior mencionado. Regularmente, las historias fantasmales van de la mano de muchas tragedias. Se dice que en los lugares donde se ven o perciben fantasmas, se registraron muertes violentas o crueles actos. Nada de esto suena descabellado, pero también hay otras explicaciones lógicas para los sonidos o gemidos que a veces percibimos. Es decir, no siempre son fantasmas, pero tampoco no todo tiene una explicación convincente. Esto fue tan sólo una introducción a este fenómeno que más adelante abordaremos a detalle.