Es inevitable sentir escalofrío al pensar en catástrofes naturales como los Tsunamis registrados en varios países asiáticos luego de un terremoto de 9 grados con epicentro cercano a Sumatra en el año 2004 y que cobró la vida de casi 230 mil personas; el huracán Katrina, afectando duramente al estado de New Orleans en Estados Unidos; o la ola de calor que golpeó a varios países de Europa en el verano de 2003 acabando con la vida de aproximadamente 40 mil personas.
Éstos y más eventos de la naturaleza han sembrado en muchas organizaciones, gobiernos y empresas, la preocupación por el cambio climático. Desde la década de los 70 un grupo de ecologistas vinculados a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intentaron establecer acuerdos respecto a los “Derechos de la Madre Tierra”, pero no fue sino hasta el 1º de Mayo de 2009 que se publica la Resolución y Declaración del Día Mundial de la Tierra (22 de abril).
Pero, ¿qué papeles han jugado las empresas respecto a este tema?
Los primeros signos sobre “Social Responsability” (SR) se da en la Unión Europea en el año 2001 con la presentación del “Libro Verde de la Responsabilidad Social Corporativa” con el fin de fomentar la implementación de estos nuevos conceptos en las Organizaciones europeas.
Derivado de lo anterior, en el mundo se empezó a hacer cada vez más popular el término de “Empresa Socialmente Responsable” (ESR), mismo que para ser breve, se refiere a las empresas que cumplen con un conjunto de normas y principios relacionados con aspectos sociales, económicos y ambientales, y que llegan a tener mayor productividad a través de la implementación de políticas, programas y estrategias que favorecen el cumplimiento de los principios de SR.
Existen ciertas directrices que hacen de una empresa ser socialmente responsable tales como Dignidad Humana, Bien Común, Participación Social, Calidad de Vida, Cuidado del Medio Ambiente, Desarrollo Humano, Transparencia, entre otros.
En México son cada vez más las empresas que se adhieren al mundo de la RS y la sustentabilidad, prueba de ello es el lanzamiento del “IPC Sustentable” de la Bolsa Mexicana de Valores. La idea implementada a partir de 2011, surge de la necesidad de difundir los esfuerzos empresariales en materia de desarrollo sustentable; la evaluación es realizada por dos instituciones, la Universidad Anáhuac del Sur y EIRIS (Empowering Responsible Investment), a una muestra de empresas con diversos puntos a evaluar que van desde medio ambiente hasta prácticas de gobierno corporativo. Actualmente el índice está compuesto por 23 empresas que cotizan en la bolsa.
Podría seguir enunciando los esfuerzos que se han hecho en México y en el mundo con respecto al cuidado del medio ambiente, pero nunca acabaría; lo cierto es que a pesar de los esfuerzos realizados, aún hay mucho camino que recorrer en materia ambiental para devolverle a la tierra lo que durante tantos años le hemos robado.