Debo confesar que, como toda romántica empedernida, AMOOOOO con todo mi ser los días como los que nos ha regalado últimamente la madre naturaleza… A poco no es delicioso disfrutar de la brisita, ver nubes grises y sentir ese frio que no cala los huesos, sino que simplemente te hace sentir vivo. (Neta me oí bien mafufa pero es que en serio este clima le sienta mejor a mi pollesco ser)…
Es maravilloso tener la oportunidad de reencontrarse con viejos y buenos vicios que me he generado a lo largo de la vida: tomar un cafecito acompañada de mí inseparable y suigeneris soundtrack, dar una caminata por la Tarde-Noche en esta caótica ciudad pero que siempre tiene una belleza que sorprende y se agradece, detenerme por unas horas para recordar el valor que tienen las cosas más simples y ñoñas que la vida nos ofrece. Estamos tan acostumbrados a vivir deprisa y con la necesidad de tener a alguien a nuestro lado, que para muchos, todo esto que les acabo de describir, es una locura y una situación tan triste…
Pero ¿qué creen? Son estas pequeñas cosas “diferentes” las que le dan un saborcito rico a la vida… Estar solo no significa no poder disfrutar de aquello que nos gusta sino aprender que, de vez en cuando, podemos ser egoístas con nuestro tiempo y nuestro bienestar. Hace algunos ayeres cuando era una cría preparatoriana, me compraba un café en el Seven, caminaba sobre Av. Juárez y me iba a sentar a las bancas que están debajo de la Torre Latino. Ash ya sé, suena taaaaaan ñoño pero en esos años, era la forma que utilizaba para divagar de mi vida y porque no decirlo, para sentirme un poco libre… Hoy en día como buena Godin ya me compro el cafecito en una de esas pudientes Cafeterías que la mayoría conoce y la ruta consta de Reforma hasta el Zócalo o hasta donde me canse.
El sentimiento sigue siendo el mismo: durante esas horas, al caminar, la vida se detiene y me encanta descubrir que aun soy capaz de dejarme envolver por esos detalles “tan insignificantes” que forjan nuestro andar… Aparte de esta orate que les escribe: ¿Alguno de ustedes hace algo similar? O vive pensando que si no haces algo con alguien a lado no funciona. Confieso que en cierto momento si he llegado a pensar, que una personita que ande el mismo camino no caería nada mal pero entiendo que todo tiene su espacio. Ojala un día de estos, encuentre a la persona perfectamente imperfecta con la cual, estas ñoñeses tomen un sabor diferente… Algo aun más especial!!
En particular, estas fechas del año son de mis favoritas (y en próximas columnas sabrán porque) y más aun cuando el clima permite realizar locuras como las que les acabo de narrar… Si nunca han hecho nada de lo que les comparto, neta dense un tiro jajaja No se crean… Mejor dense la oportunidad de experimentar nuevas y deliciosas opciones que les aseguro cambiaran mucho la forma de ver a la “malvada” soledad.
Esta Ciudad maravillosa ofrece caminos que muchos conocen y otros tantos que pueden descubrir por cuenta propia… Rompan esos paradigmas que dictan que si hacemos algo solos somos patéticos, ridículos y forever alone… Neta es más triste que sea obligatorio cumplir estándares de “pareja” y que debido a eso nos sintamos comprometidos con un saco de papas que ni siquiera nos da un poquito de felicidad (no digo que en todos los casos sea igual, ok).
Celebren su vida, celebren su espacio, celebren a la Chole… Y si alguna vez, alguien sigue mi sabia recomendación, avísenle al pollo que pudo por lo menos crear un poquis de consciencia y les dio un arma poderosa en este mundo, donde muy pocos son capaces de sorprenderse con las nimiedades que nos rodean… Como siempre he dicho: DEJEN QUE LA VIDA LOS SORPRENDA!!