La ciudad de México ha abierto sus puertas, y llena de entusiasmo dio paso a la cultura Otaku. Miles de adolescentes y adultos se reúnen o hacen uso de las redes sociales para compartir sus gustos por las historias niponas y se llaman a sí mismos, Otakus. Seguro en alguna ocasión has visto en el Metro de la Ciudad a un grupo de adolescentes que visten disfraces extravagantes y hablan con una jerga que no entiendes. Pero, ¿de qué va todo ese mundo?
El término Otaku proviene de la cultura japonesa, donde se refiere a las personas obsesionadas por el anime, manga, videojuegos, música, películas, series o dispositivos tecnológicos. La palabra surgió en los años 80, donde en una serie de anime se refería como “otaku” a uno de los personajes. Sin embargo, en México y en otros países latinoamericanos el título es utilizado para nombrar a las personas que son, de alguna u otra forma, aficionadas de la cultura japonesa. La mayoría de los otakus opina que la palabra los identifica y por tanto, es un orgullo serlo.
A partir de la década de los 90 y hasta inicios de los 2000, las televisoras nacionales impulsaron el gusto de los animes al transmitir animes como Dragon Ball y Dragon Ball Z, Los Caballeros del Zodiaco, Slam Dunk, Pokemon, Digimon, Mazinger Z, Súper Campeones, para los chicos; así como Sailor Moon, Candy Candy, Sandybell, Heidi, Card Captor Sakura y Las Guerreras Mágicas, que eran series dirigidas a un público femenino.
Gracias a la emisión de estas historias, en la actualidad muchas personas se reúnen con el único motivo de revivir momentos de su infancia, comprar merchandising, hacer cosplay o bien entretenerse un rato con personas que comparten los mismos gustos. Así que mes con mes se realizan convenciones como la TNT y La Mole, en donde se puede encontrar desde accesorios con motivo de la serie, película o banda, hasta pelucas, pupilentes y trajes para el cosplay. En estos eventos se muestra la creatividad de los participantes al hacer concursos de karaoke o performance de grupos y bandas de cosplay, e inclusive de torneos de videojuegos.
Actualmente, en este tipo de eventos asisten actores de doblaje mexicanos o japoneses, cosplayers internacionales, bandas o cantantes que interpreten las tan queridas canciones (Openings y Endings) de las series más famosas, así como creadores de videojuegos o personajes célebres como Yuji Kaida (ilustrador japonés de Godzilla, Zoids, Macross y Gundam). De igual forma, cada fin de semana, los otakus se reúnen para compartir sus gustos en el bazar del entretenimiento y la computación (Frikiplaza) o la Pikashop ubicadas en el corazón de la ciudad.
Definitivamente, es un mundo exclusivo en el que se expresa el gusto y la identidad, por lo que muchos han tomado modas y costumbres del país nipón. Aprender el idioma, dibujar o diseñar personajes (sus favoritos o propios), crear y escribir historias (fanfiction o propias) son algunas de las actividades que realiza cualquier otaku. También hay quienes se inclinan únicamente por la decisión de compra y adquisición de merchandising, así como de la distribución y exportación de artículos japoneses. Y ya que las empresas no podían desperdiciar un mercado así de grande, editoriales como Norma, Kamike y Panini han traducido al idioma español mangas y comics que llegan a México y son vendidos como pan caliente.
De igual manera, revistas como Conexión Manga, DibujARTE, Virtual Kids, Shojo y Akiba-Kei son compradas porque en ellas se encuentran reseñas y recomendaciones de animes y series de TV, mangas nipones y nacionales, artículos que enseñan más de la cultura japonesa, de bandas de música (j-rock, j-pop, visual kei), películas y de videojuegos, además de productos próximos a su lanzamiento.
A pesar de que la mayoría de adultos no lo crea así, existen tantas series que hay para todo el público, tenga la edad que tenga. En los animes y mangas se habla prácticamente de cualquier momento que una persona puede vivir: realza el valor, la fuerza de uno mismo, el alcanzar tus objetivos y luchar por una mejor vida y proteger a los seres queridos, pero también se toca el romance y el primer amor, el drama de una situación injusta, la pérdida de alguien amado, la crisis existencial del individuo, o el anhelo de vivir en un mundo lleno de fantasía. También existen aquéllos que nos cuentan el pasado feudal o el futuro distópico lleno de ciencia ficción y anarquía social. Gracias a los anhelos del ser humano o a los problemas de éste, siempre habrá historias que puedan o traten de explicar por qué somos de tal o cual forma.
No sólo en Japón sino también en México, el éxito del anime y manga se debe principalmente a que las historias son excelentes como para tener al espectador comiéndose las uñas por querer saber qué pasa. Muchas de ellas tienen emociones intensas, y la complejidad de personajes que se desenvuelven y desarrollan bajo características creíbles y humanas. Precisamente, por eso es fácil sentirse identificado, es decir, que al verlo, sientes que pertenece a un lugar y que consecuentemente tiene un valor y un camino qué seguir.
Las oportunidades en esos mundos ficticios son ilimitadas y al igual que los libros, películas, y series, nos brindan un momento de tranquilidad y entretenimiento. En ese instante, uno se distrae de la vida cotidiana y se sumerge de lleno en la historia que se está contando. Algunos tienen una afición moderada, pero por supuesto también hay quienes viven por y para su afición.
Curiosamente, muchos otakus afirman que gracias al anime y manga han encontrado un motivo y una inspiración en sus vidas, o amigos con quienes comparten gustos, además de que se tienen un montón de opciones (dibujar, escribir, cantar o tocar música, o hacer cosplay) que sacan lo mejor de las personas creativas; en realidad es un estilo de vida más que un hobby. Afortunadamente, en México todos tienen la oportunidad de expresarse como deseen; así que tendremos un pedacito de cultura japonesa para más rato.