A veces resulta difícil de entender que a alguien no le gusté la música, o los chocolates; a veces me pregunto si alguien no disfruta del séptimo arte. Sería increíble que alguien no disfrutara de él, más cuando hay una película que te motiva a amarlo.
Recuerdo bien el día en que vi Cinema Paradiso, obra maestra de la cinematográfica y del italiano Giuseppe Tornatore. En mi caso no la vi cuando se estrenó (1988), y lo agradezco pues estaba niña y no hubiera causado en mi lo que causó de grande.
La historia es fascinante, es de esas películas en donde el guión, la música, escenografía y por supuesto actuación se conjuntan para crear la verdadera magia que te mantiene en la butaca los 123 minutos que dura, y más allá, te hace repetirla miles de veces, descubriendo algo nuevo en cada nueva vista.
Cinema Paradiso es sencilla, sin tanta ostentación. Cuenta la vida del pequeño Toto que vive en un pequeño pueblo de la Sicilia y su relación de amor al cine gracias a su mejor amigo Alfreddo, el proyector del aquel pequeño lugar.
El inicio es impactante porque empieza al revés, cuando Alfreddo muere y Toto regresa al pueblo después de 30 años para despedir a su amigo que lo invitó y motivó a seguir esa Corazonada de ser un cineasta importante, cosa que logra.
Toda la trama transcurre en los diferentes contextos de la vida de Toto, la vida familiar con una madre que tiene que luchar para el sustento de sus hijos pues su esposo, así lo suponemos, murió en la guerra o se fue; luego su primer amor, pero lo más importante, es ver como nace en él esa Pasión por el cine.
Incluso sin afán de contar el final, que es considerado por la crítica como uno de los mejores de toda la historia del cine; paralelamente a la vida de Toto, vemos como se va transformando incluso la forma en que se veían las películas, primero con la prohibición de exhibir los besos, y más adelante con más libertad.
Es una película que no debe de faltar en tu videoteca, pues enseña uno de los valores más importantes, la amistad, sin importar la edad; así mismo, nos enseña que cuando uno quiere lo logra, a pesar de despedirse de los que ama, por ende nos motiva a nunca dejar de luchar por las metas que construyas en la vida, a nunca dejar de soñar, igual y como pasa en las películas.
Siempre que me preguntan por mi adicción al cine, les platico de esta película, que sin duda verán mis nietos porque simplemente es una Joya, sí, de esas valiosas, que estoy segura que si en este planeta llamado tierra hay una persona que no disfruta o no le gusta el cine, al verla le cambiará la vida.
Ganadora de Oscar, Globos de Oro y del Festival de Cannes. En 2014 sacaron una versión completamente Remasterizada en homenaje a su vigesimoquinto Aniversario y se volvió a estrenar en la pantalla grande; también se encuentra la versión de DVD con el montaje de Tornatore y con una duración de 173 minutos.