El teatro, es apasionante, mueve fibras escondidas que nos llevan a la reflexión, a la risa, al dolor y un sinfín de sentimientos. La bombilla entrevistó en esta ocasión a la compañía “Un Perro Azul, artes escénicas”, para adentrarnos un poco sobre este maravilloso arte.
- ¿Cuándo empezó “un Perro azul, artes escénicas”?
La compañía “Un perro azul Artes escénicas”, nace de la propuesta de Eduardo Celaya Díaz y la asesoría de Ricardo Segovia. En el mes de noviembre de 2014 se inician los trabajos de esta compañía, impulsándola desde el nivel organizacional y con un objetivo muy claro, llevar al público general obras de teatro que contengan un mensaje crítico. Es así como se han elegido las obras que se han montado, siempre pensando en que el público llegue a la reflexión después de ver una historia, dejando atrás el mero entretenimiento, mezclándolo con la información y la reflexión.
- ¿Cuántos conforman el equipo?
El equipo de producción es variable, ya que los mismos actores de la compañía llegan a fungir en puestos de producción o asistencia de dirección. La dirección general es de Eduardo Celaya Díaz, pero mantiene la puerta abierta a propuestas de los demás miembros, ya sea en propuestas escénicas, elección de elencos o de obras a trabajar. En este momento somos 14 miembros.
- ¿Cualquier actriz o actor puede entrar a la compañía?
Los requisitos son los básicos: experiencia en el quehacer teatral, formación sólida (no necesariamente de escuela), ganas de trabajar, pero lo más importante es la disposición a adentrarse en los proyectos, no verlos como una obra de teatro más, sino un trabajo en equipo al que habrá que dedicar tiempo y esfuerzo.
- ¿Cómo se lleva a cabo la selección de nuevos integrantes?
Hay dos procedimientos, selección directa por recomendación o audición. De acuerdo al tipo de proyecto es como se eligen a los elencos, ya que los personajes exigen ciertas características. En base al análisis de la obra y los personajes es como sabemos cómo deben ser elegidos los integrantes del equipo de trabajo.
- ¿Cómo seleccionan sus obras?
Lo más importante es el mensaje que se da al público. Es lo esencial en el tipo de texto que se elige. Buscamos sobre todo textos críticos, que cuestionen la vida cotidiana y abran la posibilidad a la reflexión, ya sea en uno o varios de los temas que se tratan. Buscamos también que sean textos de teatro moderno o contemporáneo, ya que estos son más cercanos a nuestra vida en la actualidad. Preferentemente buscamos también obras de autores contemporáneos o clásicos modernos, como pueden ser Ibsen, Chejov o Brecht, aunque por ahora no hemos trabajado un proyecto de estas características.
- ¿Cuál ha sido la obra que más les ha movido o impactado emocionalmente a ustedes?
Cada uno de los miembros puede dar una respuesta diferente, ya que los tres proyectos que tenemos ahora son muy diferentes entre ellos. Uno de ellos, “Acuerdo prenupcial”, es sumamente realista, relata una historia no tan alejada de nuestra vida cotidiana, pero con una serie de elementos que llegan a impactar fuertemente en los mismos actores. “El diario de Ana Frank” también ha tenido un importante impacto, sobre todo porque nos ha unido mucho en un trabajo de equipo muy rico, pues hemos usado técnicas en el montaje que nos acercan no tanto a la historia, sino a cada uno de los personajes y sus historias, tomando en cuenta que son personas reales. El tercer proyecto, “Silencio, las aves pasan volando” es personalmente el que más me ha marcado, ya que se trata del proyecto más personal, en él se han vertido ideas y reflexiones personales que afortunadamente llegan muy bien a la escena con el trabajo de dos maravillosas actrices y un excelente asistente de dirección.
- ¿Y a su público?
Creo que la que más fácilmente impacta es “El diario de Ana Frank”, ya que su efecto es más inmediato y nosotros desde el escenario podemos verlo. Es muy común que incluso durante la misma función veamos la respuesta emocional del público, mientras que en las otras dos obras lo que sucede es que la reflexión se la llevan a casa, ya allá cada quien sabrá cómo manejarla.
- ¿Entre ustedes escriben las obras?
Dos de las tres obras son de mi autoría, las trabajé el año pasado y este año decidí llevarlas a escena a través de esta compañía. La otra obra es una adaptación de un amigo y colega, que me permitió llevarla también a escena. También está en nuestros proyectos buscar textos nuevos, clásicos del teatro moderno o incluso llevar a escena obras de los demás miembros de la compañía. Todas las puertas están abiertas.
- ¿Cómo ven el Teatro en México hoy?
Vemos con gusto que se está revitalizando. Después de un largo período en que el teatro en México se debilitó, afortunadamente las generaciones que nos anteceden, y la propia han trabajado por un sueño de crear teatro de calidad. La batalla no ha terminado, ni creo que lo haga, por lo que es nuestra responsabilidad seguir esforzándonos por crear buen teatro para un público crítico. Existen hoy en día en la ciudad un buen grupo de actores, directores y productores que hacen productos de excelente calidad, nombres que ya son reconocidos a nivel nacional e internacional, pero también grupos pequeños o medianos que no se detienen ante la falta de recursos o apoyo privado o público. Ese es el teatro que más necesitamos fomentar, es un teatro más cercano a la gente, a la experiencia real de la vida. Un teatro que nace de la necesidad de expresión.
- ¿Creen que el país apoye el arte escénico o no?
Existe un apoyo, de eso no hay duda, sin embargo, consideramos que es insuficiente. Un pueblo que cuida sus expresiones artísticas es un pueblo que crece cada día más en su espíritu. Hoy en día hay muchos estímulos públicos y grupos privados que apoyan al teatro, pero es tal la necesidad de levantar la voz que no bastan. Antes que nada habría que seguir trabajando por reivindicar la imagen del teatro, de ese teatro de antaño, al que se acudía con regularidad, siempre recibiendo un producto de calidad, respetando el trabajo de todos los que se dedican al arte y la cultura. Reitero, afortunadamente el teatro que se está haciendo en México es de calidad, y más que esperar un apoyo público o privado, habría que voltear a ver al público, a ese monstruo de mil cabezas que es el que ha de aplaudir o abandonar nuestros espacios. Y también, como público, hay que voltear a ver lo que se está haciendo, dar oportunidad a los grupos que buscan espacios para expresarse, y abrir los ojos y los oídos al mensaje que tienen que darnos.
- ¿Hay un publico mexicano para el Teatro?
Si lo hay, podemos hablar ya de un público asiduo que busca y va a ver obras de teatro, incluso sin tener nombres famosos en el cartel. Sin embargo, repito, no es suficiente, hay mucha gente que tiene necesidad de ver algo más, de observar nuevas propuestas pero no sale a la calle por x o y razón. Es a ese público al que más hay que cuidar, ya que si van a la calle un día y ven un espectáculo deficiente, difícilmente regresarán. Hay buenas propuestas, hay buena oferta, lo que falta es que el público se atreva a dar esa oportunidad, y que los grupos que estamos trabajando por llevar esos mensajes trabajemos con la calidad que el público y el proyecto exigen, no perder eso de vista jamás.
- ¿Es fácil hacer Teatro desde el otro lado, como ustedes independientemente?
No es fácil, es un verdadero compromiso y hay que tener muy en cuenta que son muchas las cosas que estarán en contra. Sin embargo, el teatro lo vale, el simple hecho de hacer que una sola persona en el público se lleve una reflexión a casa, el hacer llegar el mensaje del dramaturgo a las personas es una bendición, sin dejar de lado el trabajo en equipo y las personas maravillosas que se conocen en esta profesión. No perdamos de vista que los hacedores de teatro tenemos mucho que decir, pero también tenemos necesidades, no somos sólo una cara para los personajes, y nuestra principal necesidad es hablar fuerte, para que se escuche lo que tenemos que decir.
- Este mes están presentando dos obras, una de ellas es sobre Ana Frank. ¿Qué los motivo a representar una obra de tan emblemático personaje?
Ya una vez había trabajado esta obra con otros dos miembros del elenco, y la verdad nos quedaron ganas de seguir presentándola. Pero muy aparte de estas razones personales, nos motiva una sola cosa, el no olvidar, el seguir teniendo en mente que a pesar de las adversidades, aun en uno de los períodos más trágicos de la historia de la humanidad, tenemos que conservar la esperanza que nos mantiene siendo seres humanos. Es por eso que quisimos trabajar con Ana Frank, una persona que jamás perdió la esperanza y en su diario nos envía ese mensaje, de nunca dejarse vencer y seguir creyendo en nuestros ideales. Es una historia que jamás se hará vieja, la humanidad es siempre la misma, y siempre nos enfrentamos a las mismas amenazas, pero también, siempre tenemos nuestros valores e ideales para salir triunfantes.
- ¿Cuéntenos un poco sobre la obra “Silencio, las aves pasan volando”?
“Silencio…” es una obra muy especial para mí en mi carrera en el teatro. Nació como una serie de reflexiones sobre lo que somos como personas en el mundo contemporáneo, sobre cómo vivimos el amor y las relaciones de pareja, pero sobre todo, sobre cómo nos aceptamos a nosotros mismos. La obra cuenta la historia de Alicia e Irene, dos mujeres que comparten un pequeño cuarto en una caótica ciudad. Su relación de pareja enfrenta los problemas que cualquier relación tiene: inseguridades, miedos, enojos y peleas, pero también un fuerte amor que salva, que logra redimir los errores y las caídas. La historia se desarrolla en el contexto del mundo contemporáneo, impersonal, individualista que sólo tiene en mente el ser lo que se debe ser, sin permitir diferencias. Alicia e Irene enfrentan estas exigencias desde su trinchera, enfrentando o rehuyendo los problemas según se les presentan, pero sobre todo, con el apoyo de la otra, que algunas veces puede parecer agresión, pero a fin de cuentas es este espíritu humano que pide una redención, un apoyo y una ayuda. No podemos clasificarla como una obra gay, ya que más allá de ser dos mujeres en una relación amorosa, son dos personas, completamente diferentes entre ellas, cada quien con sus miedos y aprehensiones, pero también dos personas que buscan la redención no tanto en la otra, sino en ellas mismas. Es una obra que invita a conocernos, a entendernos, pero sobre todo, a aceptarnos, con defectos y virtudes, como seres humanos, como personas reales y vivas.
- ¿Cuáles son sus planes a futuro?
Tenemos muchos planes y proyectos, algunos a corto, otros a largo plazo. Lo que queremos hacer más que nada es llegar a más gente, que el mensaje de las obras pueda ser recibido por la mayor cantidad de público posible y, claro, seguir trabajando. Hay ya algunos proyectos que tienen nombre, otros irán surgiendo según nuestras necesidades expresivas y emocionales. Pero más que nada, queremos seguir conservando este equipo de trabajo tan rico que se ha reunido.
- Algún mensaje que quieran compartir con el público de la Bombilla
Sólo nos queda agradecer por su interés y claro, invitarlos a ver nuestras obras, pero sobre todo, a retroalimentarnos, queremos saber qué pensaron, qué sintieron y cómo podemos seguir estando en sus planes para ver teatro. Por favor, apoyen al teatro independiente, existen muy buenos grupos allá afuera haciendo teatro de calidad.
Agradecemos a la compañía de teatro por la entrevista y los invitamos a que conozcan su trabajo.