Después de ver la “aplastante” derrota de 4-1 a Venezuela, por la escuadra albiceleste, lo ocurrido unas horas después carece de calificativos: el Tri fue derrotado 7 goles a 0 por el seleccionado chileno, dejando a los aficionados, primero impávidos ante lo que ocurría, y después furiosos porque una vez más ocurría lo de siempre: ya “merito” y llegábamos a la gran final de la Copa América Centenario; sin embargo, la realidad nos rebasa, comenzando con el entrenador, el Sr. Juan Carlos Osorio, que como niño en juguetería, se dedicó a “ensayar” diversas alineaciones, logrando éxitos a lo largo de 21 partidos; pero la conformación de un “equipo” va más allá de “ensayitos”, para que las cosas funcionen debe integrarse un verdadero equipo (no una conjunción de “personalidades” o “estrellas”, como un equipo nacional presume al referirse a sus jugadores, mismo que no mencionó para no darle más publicidad gratuita), con elementos funcionales, disciplinados y responsables, sin importar la procedencia de su camiseta.
Por otra parte, otro lastre, con relación a lo último mencionado, es que los equipos que tienen la billetera abundante (¿de dónde papito?) imponen la inclusión de sus estrellitas en el seleccionado nacional. Permítaseme hacer un paréntesis para expresar que esos dos o tres grupos que tienen la caja abierta para comprar a cualquier jugador, inclusive pasando sobre el orgullo y la camiseta que una vez defendían (¿se acuerdan de Sosa?), y formar esa pléyade de “la crema y nata” del fútbol nacional (en país de ciegos, el tuerto es rey) para seguir aumentando sus cuentas bancarias (con la mercadotecnia y la posesión de los medios de comunicación, así los llaman) y para que los equipos con menores recursos financieros les sirvan de trampolín y escenario para que sigan luciéndose, a pesar de que “los sigan odiando”.
¿Hasta cuándo se va a seguir permitiendo que un grupúsculo de personajes continúe mangoneando la representación futbolera nacional? ¿Qué esa denominación es marca registrada de esas empresas de la CDMX y de Monterrey? Debe buscarse una estrategia para que en la llamada Selección Nacional estén los más capaces y no los que imponen cuatro consorcios, empezando por los televisivos, y mandar a la banca de la historia a esos troncos que ya no aportan nada.
Por una parte queremos que el seleccionado nacional se comprometa con profesionalismo y, por otra, se siguen venerando tipejos que, dentro y fuera de la cancha, muestran el cobre de que están hechos.
¡GGGGGGOOOOOOOOLLLLLL!