Egresada de la carrea en Comunicación por la Universidad Franco Mexicana (UFRAM), Paola Iridee es una joven escritora que ha decidido compartir una serie de historias y reflexiones en su primer libro, Letras Primigenias. Una cartografía literaria que hace navegar a sus lectores a través de relatos que atesoran, cual botín, instantes en los que pueden verse reflejados y en los que encuentran alguna respuesta a sus inquietudes. Iridee, quien ya ha dejado detrás diversas colaboraciones e historias en distintos blogs y revistas electrónicas, es una nueva y fresca propuesta en el mar literario para quienes aún ven en los libros la ruta a un viaje diferente.

La incertidumbre y la vocación literaria…

-Cuando estaba en la preparatoria, yo quería estudiar filosofía o letras, pero ya no lo hice. Y me siento muy conforme con eso. Consideré Comunicación porque siempre me ha gustado escribir, me ha gustado la fotografía, el cine y dije: “creo que tengo chancecito de aprender en esta carrera un poco de todo eso.” De repente, chequé el plan de estudios de varias universidades y me decidí por UFRAM; me atrajo mucho su plan de estudios, era más económica y quedaba cerca de casa; aunque no me imaginé lo mucho que me iba a gustar. Los primeros cuatrimestres de la carrera no me agradaban, me decía: “¿Qué estoy haciendo de mi vida?” Y de repente, me encantó la universidad, los maestros, el ambiente.

-Sé que trabajas en tu tesis, ¿podemos saber de qué tratará o es sorpresa?

-¡Ah, pues mira! Es sorpresa; no voy a hondar mucho, pero te diré que como el tema de los ‘freelance’ no está muy rebuscado y es algo que está surgiendo, pues hay poca información: no hay muchos datos de qué onda con esta gente, y pues me interesé en él; vamos ahí.

-¿Cómo nace tu vocación por la literatura?

-La verdad, siempre me ha gustado escribir; ya inventaba historias, según me decía mi mamá. Yo ni sabía hablar bien ni leer, pero la bebecita agarraba los libritos o la parte de atrás de las películas y según yo me ponía a contar la historia porque yo ya leía. Tenía como dos años, pero siempre me ha gustado crear historias; es algo natural, siempre he tenido como esa llamada a ese lado de las letras. Es curioso, no es un lado que me hayan inculcado, es algo muy mío; de esas cosas que cada persona ya trae. Me entretenía mucho al inventar historias, pues yo crecí como una niña muy solita: soy hija única y me crié con mi madre y su familia.

-Podemos afirmar que en esos momentos de soledad nació tu inquietud por escribir…

-¡Ajá! Escribía, hacía manualidades, cosas creativas. Hacía cuentos chiquitos a la edad de cinco años, que ya no me acuerdo bien de lo que decían; los redactaba así con mi letra horrible, porque mi letra sigue siendo muy fea: terrible. Escribía más en los blocks para niños o en la computadora, donde me gustaba jugar Pac-Man y descubrí Word, y me puse a escribir mis cosas. Tenía cuentos raritos que según yo escribía en inglés, como ‘The Tree Magic’, que según decía ‘El Árbol Mágico’, pero lo hacía al revés. Era algo así como de los valores, porque en ese entonces yo era súper religiosa.

-¿Ya no lo eres?

-No; no profeso ninguna religión. De hecho, a mí me encanta la Teología, me llama la atención el asunto de en qué cree la gente, porque las culturas se desarrollan alrededor de ese aspecto. Me interesan las religiones en ese sentido. Creo que cada quien tiene sus propias percepciones y sentidos para venir a experimentar en esta vida, y tú solito vas reflexionando, encontrando las conexiones. Pero sí creo en un Dios, de que existe algo a lo que llamamos así.

-¿Y qué fue lo primero que llegaste a publicar para un medio: algún artículo, ensayo?

-Pues cuando yo iba en la primaria, había algo que se llamaba ‘Ellos también cuentan’; donde los niños mandaban sus cuentitos para ser publicados en un libro. Participaban varias escuelas, y yo quedaba ahí porque siempre me ha gustado escribir. Ya mi primera colaboración, en forma, fue en prepa; ahí estábamos armando una gaceta cultural. Por supuesto que estaba ahí con algunos artículos y también lo hice en algunas revistas electrónicas.

El nacimiento de Letras Primigenias…

-¿Qué podemos encontrar en tu primer libro, Letras Primigenias?

-Bueno, es un libro en donde estoy conjuntando muchos textos de cuando tenía 16 o 17 años. Aunque la sección final que se titula ‘El mar recorriéndose a sí mismo’, son los escritos más recientes, más introspectivos, porque eso sí podría decirlo: son más míos. Luego me preguntan que si todo lo que escribo es sobre mí, pues no. Bueno, sí hay algunas cosas biográficas, pero no voy a decir cuáles son. A mí me gusta jalar elementos de la realidad y conjuntar con cosas que veo; me gusta enmarañar para que la gente se pregunte: “¿Habrá sido verdad?, porque yo sé que esto sí lo es. ¿Pero, será verdad lo demás?” O al revés, para que no sepan qué parte es verdad. Porque yo no quiero que sepan qué parte es verdad. La versión original de ‘Letras Primigenias’ conjunta también poesía; pero mi editor me dijo que como era una autora nueva, que era más fácil posicionarlo si tenía un género más encarrilado, algo que se pudiera clasificar. Mi libro tiene cuentos y relatos, porque no todos los textos tienen esa estructura. Hay reflexiones, textos muy filosóficos, muy graciosos, puedes encontrarte… pues de amor no hay mucho… soy más nostálgica. Es un libro de perspectiva más juvenil.

-¿Cómo se dio tu acercamiento con la editorial?

– La editorial es Nido del Fénix, y estoy muy orgullosa de mi editor Horacio Saavedra, con quien  me llevo muy bien. El chavo tiene 25 años y estamos en la misma perspectiva. Es muy profesional; de hecho, él ganó la Medalla Gabino Barreda. Todo empezó cuando comencé a relacionarme con gente de la literatura al entrar a la universidad, porque se abrió un diplomado de creación literaria y me dije: “anda, de acá soy.” Me metí y me hice muy amiga de varias personas que éramos todos principiantes; el profesor nos empezó a jalar a los que nos veía más interés y talento. Con ese diplomado imprimimos un libro que se llama ‘Enealogías’, y así se fueron dando reuniones para ediciones. Entre toda esa gente se formó una cadena que me llevó a Horacio, quien también escribe y ha publicado varios textos, entre ellos su novela ‘Eterno Retorno’. Él necesitaba hacer un video promocional de su obra, por lo que requería a una persona parecida a la protagonista, y una amiga en común, la poeta Rosario Towns, nos presentó. Así fue como nos conocimos. Me dijeron que no había paga, que se trataba de un favor entre escritores y acepté: grabamos. Horacio me dijo que la manera en que tenía para pagarme, era regalándome los primeros 50 ejemplares de mi libro, pues ya antes me había hecho la propuesta de publicar con él, pero yo no tenía el dinero. Estos primeros libros ya se me terminaron: ya no hay, ya se vendieron afortunadamente.

-¿Tienes alguna persona que colabore contigo para conseguir las presentaciones de tu material?

-Yo solita. Soy inquieta, muy movida y realmente voy a buscar lugares. Llego con las personas y les hago la propuesta: -Mira, acabo de publicar mi primer libro, se llama tal, tal, y pues no sé, me gustaría hacer una presentación acá y así… Les propongo un convenio. Y de momento, no me han puesto trabas.

-¿Dónde continuarás con las presentaciones de tu obra?

-De octubre para acá, sólo he tenido tres presentaciones: en mi universidad, en la librería Jorge Cuesta y en el Film Club Café. El 25 de febrero me voy a presentar en Casa del Lago, en Chapultepec. Es lo que tengo planeado de momento.

-¿Cuándo llega la reedición de tu libro?

-Me los entregan en enero y tienen algunas correcciones, pues algunos textos han sido modificados para su bien. Ya tienen las portadas. De hecho, yo la diseñé y tiene un simbolismo muy especial. Mira, el 2015 fue un año muy importante, muy fuerte para mí. Estaba con todo encima: el servicio social, con lo de mi libro, obras de teatro de la escuela, las tareas… y con los cuatrimestres no tienes ni un respiro. Ya estaba rebasada. Estaba muy cansada y me preguntaba: “¿Qué onda, sí la voy a armar?” Y bueno, a mí me gusta fascinarme ante las posibilidades; me encanta imaginar lo que yo pueda hacer. Me encanta enlistar las cosas que quiero hacer y ser, y aprender y todo. Entonces llega un momento en el que estaba en octavo cuatrimestre, en el que sentía que mi vida estaba por cambiar. Ahorita, me siento capaz de hacer lo que sea; me siento más adulto, me cayó bien el veinte. En esos instantes sentía que la vida se me estaba viniendo como un tsunami. Pensaba dos cosas, y lo dije en mi discurso de generación. La ola no se va a detener; llegará un momento en el que se acercará a ti. Sólo hay dos opciones: hundir la cabeza y esperar a que pase, y te arrastre con ella; o medirla, subirte a tope y ¡venga! Decidí surfear la ola. Yo soy de esas personas soñadoras que quieren comerse al mundo.  

Por eso la portada: a mí me gusta mucho el mar, estas cosas soñadoras. Por ejemplo, me gusta una serie de ‘anime’ que se llama ‘One Piece’, es una serie de piratas, que entre lo cómico y fantasioso tiene aspectos positivos como el de luchar por tus sueños. Dependiendo de qué tan grande es tu sueño, es lo grande que tienes que ser tú para convertirte en esa persona capaz de alcanzar dicho sueño. Por eso, en la portada quise reflejar que ese libro era el comienzo de mi cacería para alcanzar ese sueño que quiero. Yo me quiero dar al mundo; mi sueño es hacer de él algo mejor. Yo sí creo que puede cambiar y quiero marcar la historia. ¿Cómo? No lo sé. Pero sí quiero que lo que haga sea recordado, porque pienso que si ahorita no, en unos años haré cosas que valgan la pena. La portada la quise hacer como un papiro antiguo; lo del mapa, es el camino que quiero recorrer; el mar, es el mundo donde estoy empezando a navegar. El cuadrito con las manos de un niño humilde tienen agua y un barquito de papel; eso quiere decir que no es algo real, que afuera del mundo está la cartografía donde voy a navegar. El barquito simboliza lo que yo quiero ser, lo que quiero trascender: que salga al mundo, algo tangible.

Cuando llega la inspiración…

-¿Cómo es tu sistema de escritura? ¿Tienes algún hábito, un horario?

-Escribo cuando puedo, cuando quiero y cuando se me viene la inspiración; cuando ésta llega no la puedo ignorar, por eso siempre tengo en mi bolsa una libretita o en una servilleta, o en el celular almaceno alguna cantidad de notas, porque luego mi cerebro me empieza a dictar las frases completitas, tacatacatataca, ¿no? A veces, cuando me estoy bañando, pongo mi celular a lado. En ocasiones falta tiempo de escribir porque tengo varias actividades, por eso no podría decir que tengo un proceso creativo tal cual. Cuando tengo ganas de escribir, y no estoy inspirada, tengo algunos rituales. Por ejemplo, para cierto tipo de textos acudo al gurú musical de mi ipod hasta para ciertas historias. De hecho, tengo un proyecto de novela al que ya le tengo su lista de reproducción: cuando le quiero escribir algo a ésa, la pongo, y es como nostalgia: como un lienzo azul con puntitos amarillos.

-¿Entonces, la música te da en armonía?

-No siempre; esto es cuando quiero escribir y no puedo. Me molesta que haya ruido en ocasiones. Pero si pongo la música, dejo que me rodee ese aura, me gusta poner mi incienso, mi cafecito a lado… y… ¡pues ya!, ¡me empiezo a debrayar! Lo que sí, es que este ritual me ayuda a concentrarme más, a ponerme más en sintonía porque soy demasiado ansiosa; un poquito hiperactiva, creo que ya lo has notado.

-¿Cuáles son tus futuros proyectos editoriales?

-Tengo mi novela, bueno, tengo varias ideas. Así como ‘Letras Primigenias’, tengo como para sacar ocho más; están sin transcribir.

-Así que planeas una serie…

-Sí; habrá ‘Letras Primigenias’, pa´rato.

-¿En qué genero te sientes más segura: cuento o novela?

-Para mí es más fácil el cuento; se me puede dar más rápido, requiere de un ingenio chido; pero te digo que me cuesta trabajo concentrarme en las cosas, pues salto mucho de una cosa a otra. La novela me encanta; cuando empiezo a escribir este género se convertirá en mi favorito. También me gusta el ensayo, pero no he publicado nunca nada de él. Mi favorita, la novela: tanto para escribir como para leer. Y tengo empezada las ideas de unas seis novelas; empiezo a pensar en los personajes.

Las virtudes del libro digital…

-¿Qué opinas de las plataformas que se encargan de promover el libro electrónico?

-La verdad, yo soy medio especial para eso; soy más tradicional para leer. Me gusta leer un libro tangible porque subrayo… ¡me gusta olerlo!, ¡me gusta olerlo!.. ¡me gusta sentir sus hojitas! Pero, no hay de otra más que leer también en internet; he visto cosas positivas alrededor de la literatura en este medio, porque te acerca a más: internet es infinito. El internet es una plataforma inexplorada que no sé si lo inventamos los humanos, yo creo que no lo inventamos, yo creo que lo descubrimos nada más. Es un flujo de energía, a fin de cuentas; es como invocar cada cosa. Cada vez que pones algo en el buscador lo estás invocando, nada más. Descubrimos la manera de hilar y de transmitir la información. Creo que es positivo; porque los chavitos ya están más inmersos en internet. Cuando pasas mucho tiempo ahí, estás acostumbrado a que todo está a tu alcance en este medio metro. Y les da menos flojera leer porque es similar a estar leyendo absurdos en Facebook. Por eso creo que es positivo, pues te acerca a cierto tipo de gente y por los lugares a los que puedas llegar. Si publicas un libro físico, éste tiene cierta limitación; en cambio, internet es de todos. Internet es el nuevo comunismo explícito. Si lo piensas, es rara la cosa que pagas en internet, realmente casi todo ahí es gratuito o muy barato. La gente comparte sus cosas, y con los libros electrónicos puedes llegar a gente que comparta tu idioma; y si les gustas, da para más.

-Se acusa mucho a los jóvenes de no leer; ¿es verdad?

-Lo hacen de manera inconsciente. Buscan información todo el tiempo: consejos, reflexiones en plataformas digitales. Sí leen, pero no se dan cuenta, pues creen que nada más están utilizando una computadora; por eso, al haber muchos distractores, los escritores tenemos el reto de que se enganchen con lo que hacemos. Creo también que ya no se puede hacer literatura como hace cien años: ya debes usar un lenguaje más accesible para la gente que vive en esta época; hay que adaptarse para que los jóvenes se enganchen con las letras.

Letras Primigenias es un claro ejemplo de cómo las nuevas generaciones de escritores se adaptan al quehacer de las letras a través de obras que rompen con esquemas tradicionales. Si les interesa conocer más sobre esta joven escritora, aquí su contacto: