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Por: Karla A. Benítez
Si usted tuviera la oportunidad de ver a Dios, de platicar con él, de hacer “preguntas” pero sobre todo de aclarar siglos de dudas… lo aprovecharía?
Ahhh… olvide decirle que la Divinidad que usted podrá ver es sarcástico, narcisista, omnipresente, omnipotente y que decidió utilizar a uno de los mejores representantes del talento nacional.
Un “golpe de suerte” convirtió una tarde de sábado fría y lluviosa en el escenario perfecto para encontrarme con un Dios único e inigualable, que utiliza el cuerpo de Horacio Villalobos para regalarnos una percepción tan pero tan fregona de su poder, de siglos de creencias, de lo que él piensa sobre la humanidad, de esa forma “vouyerista” de comunicación con nosotros pero sobre todo… esa bendita idea de cambiar lo que hasta hoy conocíamos de Él y sus mandamientos.
Advertiré mi querido lector, que debe tener amplio criterio, una mente muy receptiva, el humor ácido y agudo para disfrutar esta magistral puesta en escena…
Y es que, si usted como yo, ha seguido y conoce la carrera del gran Villalobos, sabrá que las carcajadas están a la orden del día.
Pero hay algo más, que expreso a título personal, la forma tan suya de invitar a la reflexión, de convertir en algo serio lo que parecería ser una broma más.
No quisiera pasar por alto la exquisita unión que se logra entre el público presente, el alocado y preguntón Miguel, el siempre leal Gabriel y un Dios todo poderoso que de verdad trastorna al grado de reír sin parar. Por cierto, en esa función, Fernando terminó aprendiendo algunas palabras en inglés (obvio no como el de Martha Debayle) y una que otra en francés (pobre Fer, “supo lo que era amar a Dios en tierra de indios”) y esto que le cuento es lo que hace a “Un Acto de Dios” una obra diferente: no sólo son 3 artistas (y que tamaño de artistas) los que están solamente con un sillón, un atril, y unos cubos que sirven como escalones… es toda la magia y la divinidad que se conjunta en ese escenario.
10 mandamientos… siglos de peleas constantes en “nombre de…” preguntas sin respuesta, frases tan comunes que repetimos diariamente. Todo esto cuestionado y respondido en aproximadamente 2 horas que literal ni se sienten, al contrario, quisieras que la “buena onda del creador” se mantuviera muchísimo tiempo más.
De verdad que me faltan palabras para describirle todo lo que usted puede descubrir dándose la oportunidad de sostener esa charla surrealista y a toda madre con nuestro Señor Dios Todopoderoso, eterno, omnipresente, omnipotente y anexas.
Usted tiene la oportunidad de replantear su fe en TODO pero sobre todo en usted mismo.
Aunque quisiera contarle más sobre esta obra y compartirle esa sapiencia con la que salí del Teatro Royal Pedregal, lo invito a darle la oportunidad al teatro mexicano, al teatro hecho por talento único y chingon: la estupenda y mágica dirección de la reconocida Pilar Boliver (a quién ya tuvimos en la Bombilla), al maestro Joaquín Burgos y al inigualable y admirado Horacio Villalobos; de verdad que este trío reafirma que México tiene potencial y gente que cree, que persigue aquello que ama y que pide apoyar al teatro, ese lugar que regala tanto… que regala todo!!
Y no quiero asustarlo pero sólo tiene 11 semanas para este segundo contacto divino porque debe usted saber que la primera temporada fue tan exitosa que se lo llevaron de gira a lo largo de la República Mexicana y nos lo trajeron de vuelta a la hermosa CDMX presentándose los Viernes a las 20:30 hrs, Sábados 18:00 y 20:30 y Domingos 18:00 hrs.
Recuerde que los boletos los encuentra en la página de Ticketmaster o en la taquilla del Teatro Royal Pedregal justo a un costado del Hotel que lleva el mismo nombre.
Sería un pecado mortal que se perdiera de esta bonita charla con su Ser Superior y sólo un favor más: apague su celular, no haga ruido con los chicharrones de la dulceria, abra su mente y su corazón que Dios existe, Dios está aquí, lo esta observando pero sobre todo ha depositado su fe en usted (así que no le falle por favor).
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